viernes, 9 de septiembre de 2011

Rayado

Me envuelve un campo de flores, el día es soleado y cientos de animalillos recorren en campo felizmente. Corro, salto y juego, me siento como un niño, encuentro una colina, por la cual me tiro rodando, y lo único que encuentro es diversión.

Todo es maravilloso, pero entonces cierro los ojos y comienzo a girar, noto como mi cuerpo vaga en un descontrol absoluto, como empiezo a marearme y a encontrarme mal, al abrirlo, estoy en un bosque tenebroso, extraños ojos me observan desde la oscuridad, mis ropas están destrozadas, mi cuerpo sucio y yo mareado y cansado de tanto girar, asustado por el nuevo lugar donde me encuentro, sin saber que camino cogí para llegar aquí. Intento levantarme, pero todo me da vueltas, intento escapar siguiendo mis pasos, pero nuevamente acabo dando vueltas en círculos. Anochece, y todo se vuelve aun más oscuro... Entonces sonrío, me quedo embobado en el suelo, observando las estrellas, decido trepar los arboles, y empiezo a subir con sumo cuidado, cada rama es un peldaño hacia el cielo, cada hoja que roza se convierte en caricia. Subo a lo más alto del más alto de los arboles, la luna me mira y me sonríe... yo le sonrío a ella y mi rayada se marcha con la compañía de las estrellas.

tHe End

Entiendo que este texto es comparable al efecto de cualquier sustancia estupefaciente... pero bien, hablo de sentimientos no de Ácidos ni ningún tipo de droga similar.
Hablo de encontrarse en un estado animico perfecto, caer y perder el norte, y la mejor manera de encontrarse, quizá no es agotarse intentando encontrar el rumbo como hace el muchacho de mi historia, sino darse cuenta, que siempre podemos escapar de ese estado, siendo inteligentes y buscando un nuevo punto de vista... o como digo en mi historia, subiendo arboles y entonces quedarse a charlar con la luna.
Hoy mi luna esta en Alicante, será que hay luna nueva, pero siempre me quedan mil y una estrellas con las que desahogar mi rabia... mis tonterías...

Mi luna no es ninguna persona especial, sino, una persona en quien gracias al tiempo, se sabe que decirme cuando he perdido el rumbo.

1 comentario:

  1. Es decir, darle tiempo al tiempo, no? Un texto muy poco común en un político... eh, pero me ha gustado. Ya te lo diré cuando te vea jaja Y si no sabes quién soy, pues ya lo averiguaras cuando te lo diga ;)

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