lunes, 29 de agosto de 2011

Con prisa y pausa

Estaban dos señores en un bar, uno preocupado por sus finanzas y otro por sus sentimientos.
El de las finanzas, se quedaba quieto, mirando fijamente su cerveza, mientras el de los sentimientos, no paraba de girar la garra esperando encontrar dentro de ella alguna solución.
-Camarero, una cerveza fría.
Dijo un hombre que entraba sonriente por la puerta.
-Hoy, me ha dejado mi mujer, me han echado del trabajo y para colmo, me han atracado en el metro...
Decía ese tipo mientras sacaba su ultimo billete de una cartera vieja.
Los otros dos hombres, le miraban fijamente, no se explicaban porque, pero aquel hombre seguía sonriendo. Hasta que el barman le preguntó.
-Y si tan mal día lleva, ¿Por qué razón sonríe?
Y bien esta fue su respuesta.
-Mi mujer me dejó porque nunca me quiso, tenía un lio con su jefe el cual me detestaba y me hacía la vida imposible. Siempre llegaba a casa con mal humor, y mi matrimonio, solo empeoraba las cosas. Siempre broncas, facturas y problemas, siempre la misma rutina.
Al dejarme esta mañana mi mujer, salí de casa casi llorando, pero los hombres no lloran, así que me sequé las lagrimas en el coche, antes de entrar a trabajar y hice mi mejor jornada, al acabar, el jefe me llamó a su despacho y me dijo que no volviera, las ganas de morirme se triplicaron en cuestión de segundos, así que decidí poner fin a mi vida. Justo estaba pensando en como terminar conmigo cuando tres tios me rodearon, al principio, la rabia me pudo, y golpeé al primero, pero al sacar uno de ellos una pistola, descubrí que aun me queda mucho por vivir, mucho por disfrutar, mucho que decir. Llevo años preocupandome para no preocuparme, ahora toca, preocuparse por lo que de verdad importa, preocuparme por vivir. Siendo consciente de como elijo vivir.


Y bien, que mejor que contar un cuento... no es el mejor que he contado, y por supuestísimo tampoco el peor, hay cada cagada mia por ahí desperdigada.
Esta actualización quiero dedicársela a Alex, porque el valor de las cosas es el que cada uno le quiere dar, y claro esta, que la historia de este señor, no le va a solucionar los problemas a nadie, pero si habrá que hacerles entender que las soluciones correctas solo se encuentran en el fondo del corazón y no en el mar de nuestras dudas.

Tarde de cervezas con personas fantasticas

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