miércoles, 5 de octubre de 2011

Sencillo de sentir, difícil de expresar

El tiempo pasa, en ocasiones pasa rápido, en otras anda despacio, hay veces en los que parece quedarse quieto y no avanza, como la poesía que no quiere ser escrita y se desvanece en la más grande de las tinieblas del olvido.

El tiempo, ese gran enemigo del futuro, que a cada paso le quita terreno, ayudando a cada segundo a su colega el pasado y dejando inquieto el presente que nunca queda quieto... pobre presente que no conoce su momento, pues el gran cambio, hace de él insignificante, comparado con sus compañeros de tiempo... Menudo es el tiempo, enemigo de la diversión y amigo del aburrimiento, como aquel que nos hunde en la espera de un te quiero que sin darnos cuenta nos hizo perder el aliento.

Perdonen porque no se que escribo, y desconozco si es prosa o verso, tan solo escribo lineas, seguidas de ideas de cada espacio en un distinto momento, quiero sentir el mar, que roza mi alma con su movimiento, que roza su aire mi cara y mi lugar en el momento... hoy es metáfora todo lo que sale de mis dedos, o de mi corazón cuando habla mi pensamiento, pensamiento que siente y calla y que se escapa de mi pecho en forma de aliento, aliento de mil pensares que pienso sin querer quererlo, pensamientos que fallan y que se entierran en mis adentros, y sigo sin querer saber, sigo sin saber querer, tan solo se que se algo, pero ese algo es insignificante frente al universo, no se querer pero quiero, porque no se querer y eso me hace no saber como dejar de hacerlo... vivo en un rincón del espacio condenado por la demencia del tiempo, que con el aire oxida mi cuerpo, como hace con las montañas, que recorre mis pulmones, imitando al amor, que da vida y mata al mismo momento...



Sonríe, que estoy drogado por tus pensamientos

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