miércoles, 7 de diciembre de 2011

¿Os cuento una historia?

Bueno, al fin me he decidido... aunque esto cuenta como entrada del POST del miércoles, hoy es la madrugada del jueves 8 de diciembre, tengo facturas que pagar y muchas cosas que hacer, como recoger la casa, salir hacer ejercicio, empezar a estudiar y cuidar de mi lindo Gatito.

Empecemos a contar cosillas.
El viernes pospuse mi subida a elche, quería bajar a las seis, pero acabé cogiendo el autobús de las 9:15, el cual decidió salir con 45 min de retraso, haciéndome llegar muy tarde a casa. Por suerte en la misma estación me encontré a Manu, con el cual disfruté de una gran conversación, la cual aportaba puntos de vista muy interesantes, algunos un poco más y otros un poco menos, pero también me hizo conocerle mejor y que me cayera en gracia, pues es un buen tipo.

Al llegar a casa, mi hermana tenía un gatito, el cual acababa de nacer y necesitaba muchos cuidados, al parecer su madre le había abandonado o lo había perdido, estaba él sólito en la carretera, delgaducho y temblando, yo decidí, que iba a adoptarlo y así he hecho, pero no voy a adelantar más partes de la historia.

A pesar de ser tarde, era hora de salir, por lo que llamé a Hector después de mimar mucho al gato y salimos a gastar la noche, y así hicimos, me gustaría ar muchos detalles de esta noche, pero no distingo con claridad que ocurrió, han pasado tantas cosas en tan poco tiempo que me cuesta ordenarlas en mi cabeza, creo recordar que esa noche fue bastante tranquila, mis amigos apenas salieron, aunque por otro lado recuerdo que me marché al parque al final... ni idea, lo que si que puedo decir es que hubieron muchos vaciles y coñas entre Melinda, Noemi y yo, y lo pasé genial con Eric y Hector (si, Hector mi primer subscriptor).

Según observo en mi anterior entrada, ese día dormí poco, lo cual quiere decir, que como siempre cerré todos los bares.

El sábado comenzó pronto, a las 9 de la mañana o a las 10, digo pronto pensando en que dormí muy pocas horas.
Me corté el pelo, y me fui a comprar con mi padre unas cadenas que necesitaba para una obra, saludé a mucha gente conocida y vi una rata, que por el tamaño que tenía, podría haberse comido a mi pobre gatito. No era una rata fea, era marrón con ojos negros y cara de simpática, la pobre se escondía, sacando el hocico por un agujero que había hecho a la sombra de un olivo, el ver esa imagen me recordó que siempre hay que llevar la cámara a todos los sitios.

Al atardecer, decidí dormir mucho, entré en la cama poco a poco y cerré los ojos con fuerza esperando a que me entrase el sueño. LO CONSEGUÍ, pero mis queriéndonos sobrinos llegaron dando brincos y gritos, corriendo por el pasillo como si el hombre del saco les siguiese para comérselos. Lo cual hizo que me enfadase mucho, pobres niños, tener un tio gruñón que se va d fiesta y quiere echarse la siesta no es culpa suya, pero para aquellos que me conocen, saben que tengo muy mal despertar y que cuando me despiertan mal, saco el León que llevo dentro. Para fastidiar más mi siesta, me llamaron Silvia, James y Elvira, aunque no supe que fueron ellos hasta que decidí despertarme.

Corrí hacia el cumpleaños de Aurea, donde me harté a comer y disfrute de su fantástica compañía, ahí estaba Carlos, Hector, Gema, James, Silvia, Ana y Maria, nos dimos la gran cena y salimos a tomarnos algo, no sin antes volver a casa a darle de cenar al pobre gatito.
Estuvimos en una tasca simplona y vacía, nada especial para mi, donde no conocía a más gente que ellos y tras dos jarras de un liquido azul, decidí marchar a cumplir mis deberes como el consejero del Conde Lucanor, aunque únicamente salí con ganas de ver a Eric, me encontré a las hermanas Zuberi y a pesar de que pensé estar solo un rato, maté la noche entera ahí. Comencé solo con Eric, tomándonos dos jarras para intentar olvidar el mal sabor a ginebra que me dejó ese maldito brebaje azul, y tras muchas copas, acabé cumpliendo mi función de consejero del conde, ayudando con mis metáforas y mis historias a que la gente tome las decisiones más correctas (según mi modo de ver)...
Tras mucho hablar y escuchar, mi aconsejada, se marchó para llevar a acabo mi consejo, el cual al parecer fue correcto, y yo tuve que explicar, el por qué de estar metido durante media hora en el aseo con esta chica, es difícil hacer creer que no es lo que parece, pero como muchos ya están acostumbrados a mis historias raras y tantas veces han sido participes de ellas, tampoco pusieron muchas dudas a la realidad, ni a mis palabras.
Para relajarme, le tiré un hielo por la espalda a "la pelirroja" la cual intentó hacer uso de la venganza y comenzó una guerra "fría", pasó más hielo por su espalda que por la mia y eso fue argumento suficiente para echar unas risas. La noche no acabó como explica mi la entrada de ese día, acabemos desayunando a las 10 de la mañana en un restaurante de comida rápida y agotando el sueño hasta las 12 de la mañana, entonces al llegar a casa, mi madre decidió ponerme un castigo muy severo, el castigo de no dormir, el cual a falta de entretenimiento empezó a costarme mucho a las 8 de la noche donde caí rendido al fin.
El domingo fue un día familiar, no hay demasiado que contar ciertamente.

Y bueno, a pesar de que me quedan tres días para contar, dos de ellos muy intensos creo que voy a descansar, y empezar a hacer cosas

No hay comentarios:

Publicar un comentario